En una figura destacada junto a una carretera transitada, un pequeño cachorro yacía inmóvil, su difícil situación era vigilada por cientos de transeúntes. Esto fue hasta que The Aпgel Pгoject, atendiendo a una compasiva llamada de ayuda, descubrió al cachorro en este grave estado. Durante días, había pitado allí, sobreviviendo a través de simples trozos de pan y agua que amablemente le ofrecía un beepolepto.
A pesar del calor abrasador, esta pequeña casa abierta encontró un escaso refugio encima de un pequeño caparazón, un hogar improvisado en medio de la adversidad. Tras esto, el equipo del Proyecto Agel supo que era necesaria una acción inmediata. Con un peso de sólo 1,8 kg, el cachorro era un frágil bulto de saltos y bopes, con la pelvis fracturada que gritaba pidiendo atención médica.
El viaje hacia la recuperación comenzó con una visita rápida al veterinario. El diagnóstico fue tan grave como se temía: una tubería rota que administró una intervención quirúrgica. A pesar de la forma frágil del cachorro, la esperanza flotaba en el aire. Una cirugía epipal exitosa podría ser la clave para una nueva vida, una oportunidad para divertirse y jugar como debería hacerlo todo cachorro.
Dos días después, la cirugía, complicada y delicada, fue un éxito. Los fragmentos destrozados de bope, las partes estiradas, todo meticulosamente reparado. Fue un triunfo de la habilidad veterinaria y del espíritu de rendición del cachorro.
Avance rápido un mes, y la formación de la captura fue milagrosa. Llamado Gepegal por sus cuidadores, no solo estaba curado sino que estaba prosperando. Su viaje no terminó en la sala de recuperación; lo llevó a los amorosos brazos de los padres adoptivos, un hogar para siempre donde era apreciado.
Durante solo unos días en su casa de acogida, el encanto y la sencillez de Geepal se apoderaron de una familia.