En mi cumpleaños me encuentro aquí, esperando, preguntándome por qué los buenos deseos aún no han llegado, situación que me hace sentir soledad .n

El día de mi cumpleaños me encuentro en una encrucijada de emociones, esperando ansiosamente los buenos deseos que aún no han llegado. A medida que pasan las horas, un sentimiento de soledad se instala en mi corazón, dejándome preguntándome por qué el eco de las felicitaciones aún no ha resonado en mi mundo.

Las redes sociales están inquietantemente silenciosas, desprovistas de los habituales mensajes de cumpleaños que solían llenar mi bandeja de entrada. ¿Dónde están aquellos que recordaban esta fecha tan especial para mí? ¿Por qué este día, que debería ser de alegría y celebración, se siente tan vacío y solitario?

Cada vez que suena el teléfono, mi corazón da un vuelco esperando escuchar una voz familiar deseándome un feliz cumpleaños. Pero cada llamada es sólo una decepcionante ráfaga de expectativas incumplidas. Me pregunto qué he hecho para merecer este silencio, esta falta de conexión en un día que debería estar lleno de amor y cariño.

Sin embargo, en medio de esta soledad, todavía tengo una pequeña chispa de esperanza. Sé que en algún lugar, tal vez en algún rincón del mundo, hay personas que me valoran y que quisieran hacer de este día un momento especial. Aunque duela la ausencia de buenos deseos, sigo creyendo en la bondad y generosidad de las personas.

Así que aquí estoy, esperando, esperando que pronto lleguen los buenos deseos y la conexión que anhelo. Porque aunque este día pueda parecer solitario ahora mismo, sé que el amor y la amistad eventualmente encontrarán su camino hacia mí, alegrando este día tan especial con su calidez y cariño.

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